Seguramente en algún momento de tu adolescencia o juventud alguien mencionó u opinó sobre tu cuerpo, precisamente de ello se trata el Body Shaming, opinar destructivamente sobre algún rasgo en particular de una persona que a ti no te gusta. 

“Estás muy delgado/delgada” o el clásico “deberías bajar un par de kilos” o a veces suelen ser más específicos como “eres muy bajita, utiliza tacos altos” comentarios o mensajes tanto en redes sociales como en nuestra vida cotidiana son los que las personas suelen recibir con un aire de “deberías” debido a que creen que si no lo hacen, no se adaptaran a los modelos adoptados por la sociedad del siglo XXI. 

Esta práctica se extiende a lo largo de cada una de las redes sociales, “normalizando” tener la capacidad, el derecho y la autoridad de opinar sobre un tercero, generando inseguridades en sí mismo, baja autoestima y muy probablemente problemas psicológicos, es por ello que en este pequeño artículo queremos dedicar unos consejos para que lo tengas en cuenta a la hora de opinar sobre el cuerpo de alguien o cuando recibes una crítica destructiva sobre ti.

1. Tu cuerpo: Cada uno de nosotros es responsable de su cuerpo, con él podemos hacer lo que a nosotros más nos guste; tatuajes, perforaciones, forma de vestir, etc. son decisiones que a lo largo de nuestra vida vamos tomando, así pues también debemos respetar el cuerpo de las otras personas, todos somos físicamente diferentes y por ende cada uno tiene rasgos y cualidades que nos hacen únicos.

2. Tu opinión: Las redes sociales son el medio más potente de comunicación directa con las personas, es por ello que cuando publicas una foto, un video, compartes información, etc. cualquier persona en el mundo lo puede visualizar y así mismo tus opiniones se mueven en las redes sociales, por ello mide tus palabras cuando comentes algo sobre alguien en alguna red social

3. Perfección vs Realidad: Metete en la cabeza que nadie tiene un cuerpo perfecto aunque trabaje en ello un 100%, asimismo ten presente que tu cuerpo es perfecto con todas aquellas “imperfecciones” que lo componen y que buscar esa perfección solo te aleja cada vez más de ser alguien real.

Quiérete tal y como eres, porque las personas te querrán por tu esencia y no por tu apariencia.